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MARE NOSTRUM (CAPÍTULO XIV Y CAPÍTULO XV)




CAPÍTULO XIV

Fabrizio seguía muy de cerca todas las noticias que aparecían en el periódico sobre Susan y Klaus. Desde aquel día en el que volvió a saber de Susan por el reportaje del concierto en el anfiteatro de El Djem, en Túnez, lo primero que hacía nada más llegar a su despacho, era coger el periódico que Isabella le dejaba sobre su mesa.

Pasó rápidamente las hojas hasta llegar a las que le interesaban. De repente se desplomó sobre la silla.
-(No puede ser verdad, es una broma pesada)- pensó Klaus desesperado.
Isabella lo observaba con preocupación. Desde hacía casi dos meses, Fabrizio se lanzaba literalmente sobre el periódico, día tras día, como si intentara descubrir algo. Hoy lo debía de haber encontrado, y no debían de ser buenas noticias…
e repente Fabrizio se levantó, cogió el periódico, y se marchó sin dar ningún tipo de explicación. En ese momento, Isabella cogió el teléfono y, rápidamente, llamó a Concetta, para informarla de que algo no iba bien. Su suegra también estaba muy preocupada.
Ya en su casa, Fabrizio abrió de nuevo el periódico. Lo primero que le saltó a la vista fue la fotografía de Susan, que no estaba muy bien lograda, junto a Klaus, y varias personas más en segundo plano.
Sus ojos se dirigieron rápidamente hacia el titular del artículo:
“Boda sorpresa del Maestro Faber con su compañera de trabajo, Susan Valentí.
En una improvisada ceremonia por las calles de Reutlingen, en Alemania, bajo la atenta mirada del río Echaz como testigo, el Maestro Klaus Faber ha contraído matrimonio con Susan Valentí, la llamada “nueva revelación musical”. Para el almuerzo nupcial se eligió un escenario idílico, el Castillo Lichtenstein, a escasos kilómetros de la ciudad.
El Maestro Faber, de cuarenta y tres años, conoció a su actual esposa en un buque de crucero, el Cruise Roma, en el cual ella trabajaba como pianista. Klaus Faber está ahora en el cénit de su carrera. A principios de este año ganó un Premio de la Academia...( ). Como broche final de la tournée, darán un último concierto en La Reggia de Caserta, el próximo sábado 27 de Noviembre...“
Fabrizio desconsolado se agarraba la cabeza con las dos manos mientras leía el artículo. Cuando lo terminó, dejó el periódico a un lado, y se dirigió a su habitación. Cogió las llaves de su coche, la cartera y se alejó en el Alfa a toda velocidad.
Concetta entró en el salón. Había estado observando a Fabrizio desde la cocina, y sabía que en el periódico se encontraban todas las respuestas. Observó la foto.
- Así que es por tí, Susan Valentí...- dijo Concetta mirando fíjamente la foto- Fabrizio está enamorado...



CAPÍTULO XV


LA REGGIA DI CASERTA




“Había una vez…”, es la llave mágica que nos introduce en el mundo de los cuentos, un mundo hermoso, dulce, poético, que hace volar nuestra fantasía e imaginación; un mundo en el cual los reyes son buenos, los príncipes hermosos y delicados, las brujas feas y malvadas, los cofres están llenos de tesoros, y los palacios son enormes y dorados.
El cuento no es una realidad, pero gracias a estas invenciones poéticas podemos soñar, podemos escapar de la amarga realidad de cada día. Pero a veces la historia puede ser cierta, al menos en el marco exterior, y entonces, el espíritu se expande en unos nuevos y sugerentes sentimientos de placer, y esto se aplica tanto a los ricos como a los pobres, a los ingenuos y a los más sofisticados.
La Reggia di Caserta es un cuento de piedra y jardines. Aquí, mármol, yeso, plantas, agua, colores, se transforman en poesía, y hablan con el corazón. Es como si regresáramos a nuestra más tierna infancia, para encontrarnos con todo lo que un día nos hizo soñar.
Érase una vez: los reyes, las princesas, los caballeros y las damas, el ritmo de la música, el baile refinado…todo ha desaparecido en la niebla de la memoria, pero el Palacio Real, La Reggia, se quedó para darnos el encanto brillante, la combinación de la fantasía y la belleza. Y si cerramos los ojos, dentro de las hermosas y evocadoras habitaciones, veremos las figuras que poblaban el mundo de la pasión y encanto de nuestra niñez.
La magia y la realeza, el arte y los tesoros de la historia del pasado, en una obra de arte arquitectónica sin igual en el mundo. La Reggia di Caserta siempre ha sido el buque insignia de la cultura y el patrimonio italiano.

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Déjate fluir