martes

MARE NOSTRUM (Primera Parte)

Escrito por Nélida GDEC.





EL ENCUENTRO
CAPITULO I

Susan decidió cambiar de vida y, sin pensarlo dos veces, dejó su trabajo y consiguió un contrato como pianista en un buque que recorría el Mediterraneo, el Cruise Roma, un buque de crucero que contaba con una extensa zona para tomar el sol junto a la piscina en el puente superior, centro de bienestar, gimnasio, restaurante panorámico, casino y una impresionante discoteca bajo las estrellas, proporcionando unas vacaciones de ensueño a sus pasajeros.


En el restaurante panorámico, el Smaila’s Club, Susan tocaba todas las noches, armonizando la cena. Su trabajo le encantaba. No tenía preocupaciones y podía disfrutar de todo con alegría y buen humor, hasta que conoció a Fabrizio.

Al principio, Fabrizio sólo despertó su curiosidad, pero pronto cambiaron sus sentimientos hacia él…


En esta ocasión, el Cruise Roma zarpó desde Barcelona, con destino a Córcega, donde harían escala varios días para que los pasajeros admirasen l’ile de Beauté, y a su vez embarcaran otros nuevos.
Susan, al igual que todos sus compañeros del turno de noche, disponía de tiempo libre durante el día, por lo que aprovecharía para conocer la isla.
Llegaron al puerto de Bonifacio, la hermosa entre las hermosas, la llamada Gibraltar corsa, enfrentada siempre a las olas de un Tirreno caprichoso, tras el que en apenas doce kilómetros se encuentra Cerdeña.


Susan miró su reloj, ¡perfecto!, eran sólo las once de la mañana, y hasta las ocho no tenía que regresar al buque. Abrió el pequeño armario de su camarote, y eligió unos pantalones cortos y una camiseta de tirantes, ropa cómoda y fresca, puesto que las temperaturas eran muy altas. Se puso unos playeros, cogió las gafas de sol y un bolso bandolera bien cómodo. Susan miró su imagen reflejada en el espejo. Suponía que su apariencia exterior la había ayudado a conseguir el puesto, pero no sabía hasta qué punto. Medía un metro sesenta y cinco, sesenta kilos, pelo rojizo, ojos verdes y la piel suave y blanca, salpicada de pecas.Se estaba acercando a recepción para avisar de su salida, cuando de repente le vio. Alto, el pelo salpicado de canas, y una expresión de hombre maduro. Estudió sus manos, eran manos fuertes, con dedos largos y grandes. Vestido con sencillez, pantalones claros y camisa azul de manga corta. Tenía el aspecto y el bronceado de un deportista. Debía de rondar los cuarenta años.


Cuando la recepcionista le dio la llave de su camarote, él se giró, y su mirada se clavó en los ojos de Susan. Nunca había visto unos ojos tan azules. Se le quedó mirando un instante, y logró recuperar la compostura cuando Marta, la recepcionista, se dirigió a ella:


- Te presento a Fabrizio, tu nuevo compañero y vecino. Su camarote está justo al lado del tuyo.


- Encantada. Soy Susan. ¿Mi nuevo compañero?- le preguntó extrañada


- Sí- respondió él, con un marcado acento italiano – Todos los años, en esta época, me uno a la tripulación del Cruise Roma. Embarcarán nuevos pasajeros, y se duplicará tu trabajo, vas a necesitar ayuda… Nos iremos turnando al piano cara.


Era emocionante saber que estaría en el camarote contiguo. Había algo muy…fascinante en Fabrizio. Sentía curiosidad, quería conocer más a fondo a su atractivo compañero italiano.

-Será un placer Fabrizio. Nos vemos esta noche. Ahora os tengo que dejar -dijo mirando a Marta- , voy a conocer Bonifacio.

Con una bella sonrisa dibujada en su rostro, Fabrizio se apresuró a decir:
-Cara Susan, si me lo permites te haré de cicerón. Dame sólo unos minutos para dejar mi equipaje en el camarote, y torno subito


-De acuerdo- respondió Susan sin titubear. Aquí te espero.

Fabrizio debía de saber cuán atractivo era. Tenía ese aire de masculinidad que tanto deleitaba a las mujeres. Se preguntó si estaría casado… no recordaba haber visto una alianza matrimonial.

Miró a Marta con picardía y la preguntó:
-Venga Martita, sacia mi curiosidad femenina. Cuéntame cosas sobre Fabrizio.

Sonriendo Marta respondió:

-Susan, Susan…¿te gusta eh?. Todos los años pasa lo mismo. Media tripulación femenina se muere por sus huesos, y la otra media por el capitán. Es un gran pianista, demasiado bueno para este trabajo diría yo, al igual que tú. Fabrizio es de un pequeño pueblo del sur de Italia, pero se pasa media vida entre Córcega y la vecina Cerdeña. No, y repito, no está casado, y no tiene hijos.
Marta se acercó un poco más a Susan y le susurró al oido:


-Te lo he puesto de vecino a posta-dijo soltando una carcajada. Ya verás con qué cara de envidia te van a mirar las demás. Si las miradas matasen…


-Mira que eres brujita-respondió Susan.


-¡Ya estoy aquí!. ¿Preparada para conocer a La Regina delle Bocche?.- dijo Fabrizio, ofreciendo caballerosamente su brazo doblado a Susan.


-¡Preparada!-respondió Susan , y así bajaron del barco, ante la atenta mirada de Marta, que no dejaba de sonreir.

-(Este viaje se presenta interesante, muy interesante…)- pensó Marta.

(Continuará...)


6 comentarios:

  1. En su momento ya me gustó, con lo malo que hace, como que me apetece un crucero. No se si apuntarme yo también, tengo unos días. Os sigo.

    ResponderEliminar
  2. Pues si no está casado ni tiene hijos, pierde muchos puntos.

    Ahora la descripción de Susan es deliciosa, Lady Nélida. Cabello cobrizo, ojos verdes, cutis moteado…

    Voy inmediatamente a soñarla, Lady.

    Y a Susan también.

    Besos.

    ResponderEliminar
  3. Gracias, Rosita. Me hace mucha ilusión ver la carita de mi "pequeña" en tu casa...

    Nines, me alegra mucho saber que te gusta. Por fin la he terminado, ¡mi pequeña aventura!,con las ilustraciones de Sole, y el prólogo de Rosa.

    Una historia de amor, un pequeño viaje por alguna de las hermosas tierras que baña "Mare Nostrum".

    Deseo que os guste.

    ResponderEliminar
  4. Beau, Susan es realmente deliciosa...quizás algún día se cruce en tu camino, aunque sólo sea en sueños.

    Yo, por mi parte, te agradezco mucho tu comentario. Eres todo un caballero...

    ResponderEliminar
  5. Vamonos todos de crucero a celebrarlo, si?
    Ya tengo ganas de tener mi ejemplar , pero con dedicatoria y todo eh!
    Ay!, este Fabrizio, para comerselo y no dejar "na"


    Besos para todos

    ResponderEliminar
  6. ¡Por supuesto, Sole!, con una super dedicatoria :-)

    Besitos

    ResponderEliminar

Déjate fluir